El aumento de pecho constituye una de las cirugías estéticas más demandadas hoy en día, realizándose más de 300.000 procedimientos al año sólo en Estados Unidos.
La mama es una glándula ectodérmica cuya función es la secreción de leche para dar alimento a los bebés, en la época de la lactancia. Por otro lado, tiene gran importancia erótica y estética.
Los componentes básicos de la mama son el tejido glandular y el tejido adiposo siendo su composición variable y determinada por factores externos e internos como son la edad, la genética, el peso, los embarazos, la lactancia, cambios hormonales, etc.
En jóvenes la piel suele ser más tersa y compacta, con una buena sujeción del parénquima y la grasa. Con la edad pierde firmeza, se adelgaza y pierde capacidad de sujeción, en especial alrededor de la areola
Índice de contenidos
El aumento mamario es una intervención que ha de ser planteada y planeada individualmente, según las características individuales de cada paciente (anatomía de la mama y tórax, calidad de tejidos mamarios, tipo de mama, estado de la piel, preferencias del paciente, etc.) haciendo también partícipe al paciente en la toma de decisiones.
Se ha de evaluar la altura de la paciente, complexión, anchura de tórax y de caderas, existencia de asimetrías torácicas, pectus excavatum, pectus carinatum, escoliosis, etc. Todas estas patologías influyen en el resultado de nuestra intervención, y por ello se ha de hacer una análisis exhaustivo y una gran planificación de la cirugía. Se ha de evaluar el tipo de parénquima mamario, la calidad de los tejidos, la elasticidad de la piel, si la paciente ha dado de mamar, etc. Por último hay que analizar la posición del surco submamario, ver si está o no definido, y la posición y forma de la areola, ver si es hipertrófica, hipotrófica, simétrica, y situada a una altura adecuada, o por el contrario “ptósica” o caída.
En la entrevista preoperatoria DraVillaverde te explicará varios aspectos fundamentales del aumento mamario y te asesorará teniendo en cuenta tus particularidades individuales con el fin de establecer el plan quirúrgico que cumpla con tus expectativas sin poner en riesgo tu salud.
En cuanto a la intervención, se realiza con anestesia general y siempre en un quirófano. Se han de extremar las precauciones de asepsia y antisepsia ya que en esta intervención se implantan prótesis, que al fin y al cabo son un material extraño, en el cuerpo de las pacientes. La intervención tiene una duración aproximada de 1 hora y media, y la paciente generalmente queda ingresada hasta el día siguiente.
Se ha de llevar sujetador deportivo durante las primeras semanas tras la intervención, incluso para dormir. Se han de evitar esfuerzos con los brazos las dos primeras semanas y se han de tomar los analgésicos que el paciente necesite durante el postoperatorio.
En las revisiones tras la intervención se le irán dando las pautas de manejo que tendrá que seguir.
Las prótesis de mama no interfieren ni suponen una dificultad para la detección de cáncer de mama, se pueden realizar los controles mediante mamografías siguiendo las pautas de screening propuestas para todas las mujeres entre 45 ó 50 (según comunidad autónoma) hasta los 70 años. En ciertos grupos poblacionales de riesgo (gen BRCA+, antecedentes familiares, etc.) se recomienda empezar antes con las revisiones.
Concretamente los elementos a tener en cuenta en una operación de aumento de pecho son:
Va a depender de las características individuales de cada paciente (anchura de la base mamaria, simetría entre las mamas, distancia horquilla esternal- pezón, cantidad de tejido mamario disponible…). Es importante a la hora de seleccionar el tamaño del implante, que el tamaño no sea excesivo en relación a las características del tejido, ya que si el tamaño es excesivo, el parénquima glandular mamario se adelgazará, la piel se estirará… todo ello podría causar la aparición de depresiones y deformidades en la pared torácica. Incluso en ocasiones se llega a apreciar el borde de los implantes, haciéndose visibles, deformidad denominada “rippling”, en los casos en que la cobertura mediante tejidos mamarios es deficitaria.
Según la posición donde se coloque la prótesis, puede tratarse de un bolsillo subpectoral (bajo el músculo pectoral), subglandular (bajo la glándula mamaria, justo encima del pectoral), subfascial (la prótesis quedaría cubierta la fascia del músculo pectoral y la glándula), o en plano dual (la prótesis va cubierta en su parte superior por el pectoral, y en la zona inferior por la glándula). El plano que mayores ventajas y calidad de cobertura a largo plazo ofrece es el plano dual generalmente, ya que proporciona una buena cobertura de la prótesis, sin problemas de contorno y visibilidad de la prótesis, con baja incidencia de contractura y sin distorsiones por la contracción del pectoral.
Sin embargo, el cirujano asesorará a cada paciente según sus características de cuál es el plano indicado o más recomendable en su caso concreto.
En el mercado existen diversas opciones: con cobertura lisa o rugosa, con forma redonda o anatómica, y fabricados con gel cohesivo o rellenos de suero. Cada implante cuenta con unas ventajas e inconvenientes según el caso en que se utilicen.
⇒Cobertura: Las prótesis texturadas tienden a hacer una cápsula más robusta y evitar rotaciones de la prótesis. La tasa de contractura capsular es similar para ambos tipos de prótesis en los plano dual y subpectoral, por el contrario las lisas registran una mayor tasa de contractura capsular en el plano subglandular.
En los últimos tiempos, las prótesis lisas se están volviendo a utilizar como primera opción en los aumentos simples, en parte también por la aparición de una enfermedad extremadamente rara, aunque grave: el linfoma anaplásico de células gigantes, el cual se relaciona con las prótesis texturizadas y cuya incidencia es de aproximadamente 1 caso cada millón de pacientes intervenidos.
⇒Forma: en cuanto a la forma de las prótesis, puede ser redonda o anatómica. Las prótesis redondas son generalmente la opción más empleada en los aumentos mamarios simples, dejando las anatómicas para casos con alguna deformidad, mamas tuberosas, u otros trastornos que hagan necesario dar forma a la mama, además de volumen. Las prótesis anatómicas son generalmente las que más se utilizan para reconstrucción mamaria.
⇒Relleno: por último, el relleno de las prótesis puede ser de gel cohesivo o simplemente suero salino.
Es importante analizar la posición del surco submamario, en ocasiones hay que reajustarlo para darle una adecuada forma a la mama y evitar complicaciones postoperatorias como la deformidad “en doble burbuja”.
El abordaje quirúrgico o incisión es la zona a través de la cual se accede al tejido mamario y se introduce la prótesis; precisamente la zona donde se quedará la cicatriz. El abordaje puede ser inframamario ( a nivel del surco submamario), periareolar, y menos frecuentemente, axilar, o transumbilical.
El abordaje inframamario es el que preferimos en los casos en los que es posible, ya que no distorsiona la glándula, es el que presenta menos riesgo de contaminación protésica al evitar el contacto con los galactóforos, y la cicatriz se encuentra en una zona poco visible y con muy buena cicatrización.
Del mismo modo que en los elementos anteriores, cada opción tiene sus ventajas y/o inconvenientes, así como unas indicaciones concretas, por lo que es necesario un examen minucioso del paciente de cara a realizar la mejor recomendación.
En cuanto a la intervención, se realiza con anestesia general y siempre en un quirófano. Se han de extremar las precauciones de asepsia y antisepsia ya que en esta intervención se implantan prótesis, que al fin y al cabo son un material extraño, en el cuerpo de las pacientes. La intervención tiene una duración aproximada de 1 hora y media, y la paciente generalmente queda ingresada hasta el día siguiente.
Se ha de llevar sujetador deportivo durante las primeras semanas tras la intervención, incluso para dormir. Se han de evitar esfuerzos con los brazos las dos primeras semanas y se han de tomar los analgésicos que el paciente necesite durante el postoperatorio.
En las revisiones tras la intervención se le irán dando las pautas de manejo que tendrá que seguir.
Las prótesis de mama no interfieren ni suponen una dificultad para la detección de cáncer de mama, se pueden realizar los controles mediante mamografías siguiendo las pautas de screening propuestas para todas las mujeres entre 45 ó 50 (según comunidad autónoma) hasta los 70 años. En ciertos grupos poblacionales de riesgo (gen BRCA+, antecedentes familiares, etc.) se recomienda empezar antes con las revisiones.
El aumento mamario es una intervención que ha de ser planteada y planeada individualmente, según las características individuales de cada paciente (anatomía de la mama y tórax, calidad de tejidos mamarios, tipo de mama, estado de la piel, preferencias del paciente, etc.) haciendo también partícipe al paciente en la toma de decisiones.
Se ha de evaluar la altura de la paciente, complexión, anchura de tórax y de caderas, existencia de asimetrías torácicas, pectus excavatum, pectus carinatum, escoliosis, etc. Todas estas patologías influirán en el resultado de nuestra intervención, y por ello se ha de hacer una análisis exhaustivo y una gran planificación de la cirugía. Se ha de evaluar el tipo de parénquima mamario, la calidad de los tejidos, la elasticidad de la piel, si la paciente ha dado de mamar, etc. Por último hay que analizar la posición del surco submamario, ver si está o no definido, y la posición y forma de la areola, ver si es hipertrófica, hipotrófica, simétrica, y situada a una altura adecuada, o por el contrario “ptósica” o caída.
En la entrevista preoperatoria el cirujano ha de explicar al paciente varios aspectos fundamentales del aumento mamario, asesorarlo teniendo en cuenta sus particularidades individuales, y establecer el plan quirúrgico conjuntamente.
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