La blefaroplastia, una de las cirugías con mayor impacto en el rejuvenecimiento facial

La blefaroplastia, una de las cirugías con mayor impacto en el rejuvenecimiento facial

Como nos recuerda el antiguo dicho romano “los ojos son el espejo del alma”. Por eso el tema de hoy es la blefaroplastia, y sus trascendentes efectos sobre el aspecto de nuestros pacientes. Es sin duda alguna, una de las cirugías con mayor efecto rejuvenecedor facial.

A medida que envejecemos existen una serie de cambios que se producen a nivel de los tejidos periorbitarios: la piel se hace más laxa y fina, aparecen arrugas en el entrecejo y en las patas de gallo, se pierde la firmeza en el tejido conjuntivo, que incluye a  los septos orbitarios, etc. Este último fenómeno, junto a la atrofia de la grasa de los compartimentos periorbitarios y el hecho de que estos acúmulos de grasa empiezan a “caer” y a protruir hacia el exterior y hacia abajo, provocan la aparición de las popularmente llamadas “bolsas”, que no son más que pseudoherniaciones de este tejido. Otras alteraciones que pueden aparecer con el paso de los años son la ptosis de las cejas, el ascenso del surco palpebral, etc.

Todos estos cambios que contribuyen al envejecimiento del área periorbitaria van a producir en el paciente un aspecto triste, cansado, aun cuando el paciente se encuentra bien, ha descansado y goza de un excelente estado de ánimo.

Clásicamente la blefaroplastia se consideraba un problema de exceso de tejidos y la intervención consistía básicamente en extirpar el tejido que sobraba, incluyendo piel, músculos y compartimentos grasos. Sin embargo, hoy en día la actitud es más bien remodelar la zona, extirpando los tejidos en exceso, pero también aportando tejido en aquellas zonas donde es deficitario, en definitiva, remodelando las zonas que lo precisen.

 

Párpado superior

Las alteraciones más frecuentes de esta zona son la blefaroacalasia o exceso de piel, que en ocasiones puede ser de tal magnitud que ocasione problemas visuales, al caer encima de las pestañas o incluso ocupar parte del campo visual.

Si hay un exceso importante de bolsas de tejido adiposo, se extirpan, aunque siempre ha de ser desde un punto de vista conservador ya que una extirpación excesiva podría provocar una cuenca hundida, esqueletizada, con un aspecto envejecido, justo el efecto opuesto al que se busca con esta cirugía.

En cuanto a la piel, también se ha de hacer una resección conservadora ya que si se hace una resección excesiva podría aparecer como complicación el temido lagoftalmos.

Por último, en algunos casos se recomienda también hacer extirpación del músculo orbicularis oculi engrosado.

 

Párpado inferior

Las bolsas en párpado inferior son una de las causas más frecuentes de mirada triste, cansada y ojerosa. Para el tratamiento de esta estructura, se han de realizar dos procedimientos complementarios:

– Por un lado, una pequeña resección cutánea, discreta, ya que no suele haber un gran exceso de piel en el párpado inferior. De hecho, hay ocasiones en las que si el exceso de piel es leve o moderado, se puede tratar incluso con peelings, láseres u otros tratamientos de acción local y superficial.

-Resección de tejido adiposo “bolsas adiposas” a través de un abordaje transconjuntival preferentemente, ya que así evitaremos alterar o violar el septum o el orbicular y con él disminuimos la posibilidad de ectropión.

 

Injerto de tejido adiposo

En ocasiones el tratamiento de ambos párpados se puede complementar con un injerto de tejido adiposo, en especial en la zona malar y la deformidad del tear through, de tal manera que se reposicionan los volúmenes que se han perdido o alterado con la edad.

 

¿Qué consideraciones son importantes tener en cuenta antes de la cirugía?

Antes de la cirugía se deben conocer los antecedentes y realizar un completo examen ocular del paciente, determinar si existen antecedentes de ojo seco, explorar la laxitud del párpado inferior, comprobar si existe ptosis o caída del párpado por dehiscencia o desinserción del músculo elevador del párpado, o bien si existe ptosis ciliar (de la ceja).

Es importante antes de la cirugía evitar la toma de aspirina o antiinflamatorios tipo AINE, ya que pueden incrementar el riesgo de sangrado perioperatorio.

Del mismo modo, el paciente ha de llegar a la cirugía con un correcto control de su tensión arterial, ya que la hipertensión también se asocia con un riesgo aumentado de sangrado.

Después de la cirugía, hay que tener en cuenta que debido a la naturaleza del tejido laxo de los párpados, estos tienden a inflamarse y a acumular líquido en su interior. Por ello se recomienda reposo en la semana siguiente a la intervención, dormir con la cabeza sobreelevada (sobre dos almohadas por ejemplo) aplicarse frío durante periodos cortos y repetidos en la zona, y mantener un control adecuado de la tensión arterial y del dolor (evitando tomar antiinflamatorios tipo AINE y/o aspirina).

 

Dra. María Eloísa Villaverde, Especialista en Cirugía plástica, estética y Reconstructiva.

Hospital 9 d´Octubre. Consulta 22.

Contacto: info@dravillaverde.com, teléfono 684148979