¿Qué define al cuerpo perfecto?
Todo depende de a quién le preguntes, para gustos hay colores. Sin embargo, en la moderación está la virtud, esto es una evidencia vigente desde el tiempo de los clásicos grecorromanos.
Un cuerpo perfecto para la mayoría de gente encuestada hoy en día, pero también según los ideales transmitidos a partir de las pinturas, imágenes y representaciones procedentes de otras épocas, es un cuerpo armónico, proporcionado y con contornos suaves pero bien definidos.
En el caso de la mujer, las curvas y los contornos corporales suaves toman una gran importancia, tanto a nivel de caderas, cintura, tórax, mamas, zona glútea, etc.
Un cuerpo femenino acorde con el ideal de belleza máximo es un cuerpo con una cierta cantidad de grasa, y con una distribución de esta última en las zonas adecuadas, resaltando zonas genuinamente femeninas. Por esto mismo, los cuerpos extremadamente delgados, sin curvas y sin tejido adiposo se alejarían de este ideal de cuerpo bello que es el preferido e idealizado por la mayoría de personas encuestadas hoy en día y lo que se ha proyectado como “cuerpo bello” a lo largo de la historia.
¿Qué es una lipoescultura?
La lipoescultura es un procedimiento de cirugía estética que intenta devolver la armonía a la silueta, las curvas suaves al contorno, y la forma adecuada al cuerpo femenino. Es un procedimiento que consta de dos partes:
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Liposucción:
La liposucción es un procedimiento que elimina por aspiración mediante cánulas finas los depósitos de grasa acumulados a lo largo de los años, y que en muchas ocasiones no responden a las dietas o ejercicio. Zonas típicas para realizar la liposucción son el abdomen, las cartucheras, los flancos, cintura, los brazos, la cara interna y externa de los muslos, los tobillos, las rodillas, el mentón o papada…
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EL lipoinjerto o lipofilling:
la grasa extraída durante la liposucción se trata y procesa para mantenerla en condiciones adecuadas de viabilidad y se injerta en zonas clave para devolver la forma al contorno y curvas de cada paciente: por ejemplo en caderas, senos, glúteos, o en cualquier zona del cuerpo de las pacientes que no tenga las proporciones adecuadas. También se podría infiltrar en la cara (ojeras, pómulos, mentón, surco nasogeniano, etc) e incluso en mamas.
Es decir, y resumiendo, este procedimiento quita la grasa de donde nos sobra y la pone donde nos falta… ¿suena maravilloso verdad?
La duración del procedimiento es de 1,5 – 2 horas, pudiéndose realizar bajo anestesia general o con anestesia local y sedación.
El paciente no tiene que ingresar en el hospital necesariamente, ya que en la mayoría de casos puede hacerse de modo ambulatorio o con una estancia de medio día en el hospital (aunque siempre se puede prolongar).
La actividad normal de los pacientes se puede retomar en 7-10 días, y las cicatrices son prácticamente invisibles (pequeños puntos de acceso de 1-2 mm).
El tejido adiposo injertado o depositado generalmente se reabsorbe en una proporción del 30%. El resto se mantiene en la zona injertada para el resto de la vida, por lo tanto se trata de un tipo de relleno PERMANENTE Y NATURAL, sin necesidad de introducir materiales extraños en el cuerpo de los pacientes.
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