Las mamas tuberosas son una malformación congénita que puede aparecer tanto en hombres como mujeres, y que aparece con el desarrollo puberal. Las mamas no consiguen desarrollarse completamente. El polo inferior es el más afectado por esta alteración del desarrollo mamario.
La incidencia de esta patología en pacientes intervenidas de aumento mamario es de alrededor del 5%, aunque en la población general es mucho mayor. Es frecuente que casos leves pasen desapercibidos por algunos pacientes.
Según la clasificación de Rees y Aston:
-Grado I- afecta a cuadrante ínfero interno de la mama
-Grado II – afecta a los dos cuadrantes inferiores
-Grado III- afecta a toda la mama
Según la severidad de la deformidad, puede las mamas pueden presentar pequeños rasgos de tuberosidad, por lo que en ocasiones pasan desapercibidos hasta que son valorados por un especialista; hasta grandes deformidades que acomplejan mucho a los pacientes y constituyen un verdadero problema estético.
Rasgos relacionados con esta patología son: areolas hipertróficas y en ocasiones herniadas, muy dilatadas, grandes espacios entre ambas mamas, escaso tejido glandular mamario, surcos submamarios ascendidos y base mamaria estrecha. Es frecuente ver también en este tipo de pacientes grandes asimetrías, presentando incluso en una mama una hipertrofia y tuberosidad pronunciada, y en la otra prácticamente una aplasia (o ausencia total de mama).
El impacto psicológico por la deformidad en las mamas que aparece en la pubertad, puede conducir a problemas psicosexuales importantes, por lo que el tratamiento quirúrgico se ha postulado como efectivo y beneficioso para mejorar la autoestima y facilitar la integración social y el desarrollo de las actividades de la vida de un modo normal.
Por otro lado, se ha descrito que en casos en los que la mama tuberosa se relaciona con escasez de tejido glandular, puede causar bajo aporte de leche en situación de lactancia.
El procedimiento aplicado variará mucho dependiendo de las características de cada caso.
1. Lipofilling mamario. En casos leves moderados, donde la forma de la mama, areola y disposición anatómica son a grandes rasgos correctos, y la mama presenta un defecto de volumen a expensas de glándula o tejido adiposo.
2. Reconstrucción mamaria con prótesis. En la mayoría de casos que nos llegan a la consulta, este el tratamiento de elección, con él conseguimos un volumen mamario adecuado. No obstante, es necesario añadir procedimientos auxiliares para conseguir un buen resultado: reposicionar el surco submamario (normalmente está ascendido), reducir el diámetro areolar y mantener una forma de areola adecuada, liberar bien la glándula para que pueda expandirse y alojar la prótesis (mediante colgajos de Puckett o liberación con incisiones transversales de Palacín). Estos procedimientos eliminan la constricción característica de las mamas tuberosas.
3. Pexia mamaria: en ocasiones la deformidad se encuentra en una mama que está totalmente caída “ptósica”, y necesitaremos reconstruir esa mama alzándola a una posición más adecuada. Las pexias se pueden realizar sin prótesis, si hay tejido suficiente, pero por la propia genésis de las mamas tuberosas este no suele ser el caso y hace falta complementar con una pexia.
4. Corrección de asimetrías: en casos extremos de aplasia mamaria, hemos de crear un bolsillo adecuado para colocar una prótesis, y en la otra mama tuberosa aplicar las técnicas que hemos comentado hasta ahora.
5. Combinación de las anteriores técnicas.
6. Mamas tuberosas en niños: se tratará como una ginecomastia, con extirpación de la glándula y tejido adiposo en exceso, y con reconstrucción de la areola. Si hay mucha piel sobrante, se podría extirpar también.
La cirugía es el único método que consigue dar una apariencia normal a este tipo de mamas, lo que tiene un resultado muy beneficioso a nivel psicológico y de autoestima, tanto en varones como mujeres.
Las típicas de la cirugía: hematoma, alteraciones de la cicatrización, infección. Estas complicaciones tienen una baja incidencia, aunque si ocurren y son tratadas de modo temprano, la evolución se mantendrá favorable.
Otras complicaciones son las relacionadas con el uso de prótesis, en los casos en los que se hayan implantado: seroma, contractura capsular, infección, rotura de prótesis, etc.
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