Las mamas están expuestas a continuos cambios y adaptaciones a lo largo de la vida de las mujeres. Como glándula ectodérmica secretora de leche, durante el embarazo y lactancia sufren una serie de cambios destinados a la producción de leche, y son en líneas generales un desarrollo notable de la glándula mamaria, con aumento global del tamaño. Posteriormente esa misma glándula se atrofia al no tener que realizar esa función secretora. Como consecuencia se produce una pérdida de volumen en general, la pérdida de firmeza y la “ptosis” o caída de los senos.
Por otro lado, con la edad, la piel de la mama pierde su firmeza y capacidad de fijación de los tejidos, se atrofia tanto la dermis como el contenido glandular, y lo que predomina finalmente es su componente adiposo. Muchas veces, la pérdida de soporte y sujeción hace que “caigan” se vean caídos, vacíos y flácidos, sin la turgencia característica de la juventud.
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La mastopexia es una intervención quirúrgica que devuelve la forma y consistencia a las mamas. Literalmente significa “ elevación de pecho” pero el procedimiento de mastopexia no solamente consiste en elevarlo, sino también remodelarlo, retirar la piel, grasa o tejidos que están en exceso y conformar una nueva mama con dimensiones más atractivas y más propias de los años de juventud.
Se puede realizar con inserción de prótesis mamarias o sin prótesis, exclusivamente remodelando los tejidos ya existentes. La decisión de usar o no prótesis va a depender de las preferencias de la paciente, el estado y características de su mama, y el resultado que ella desee.
En algunos casos, se puede combinar con infiltración de tejido adiposo “lipofilling” para aumentar el volumen de los colgajos mamarios.
Si las mamas están muy atróficas, bien por la lactancia, o bien por la edad, es recomendable utilizar prótesis para conseguir rellenar adecuadamente los tejidos mamarios, remodelar la mama, y devolverle su forma y plenitud, en especial en los polos superiores.
Hay diferentes tipos de mastopexias, en función del tipo de mama y la resección de tejidos que sea necesario para devolverle la forma armónica. En función de estas dos premisas, la cicatriz empleada variará.
Muchas veces el paciente desea someterse a esta intervención y recuperar la forma del pecho, demandando las mínimas cicatrices posibles, por lo que una pexia periareolar es la opción más atractiva. Sin embargo, mi consejo es dejarse asesorar por el profesional, y si él piensa que el mejor resultado se obtendrá con abordajes que impliquen más cicatrices, se debe confiar en él. Por otro lado el paciente se puede encontrar en consultas en las que se prometa solucionar todos sus problemas mamarios con una simple cicatriz periareolar (puede sonar maravilloso, pero también nos ha de hacer sospechar ya que para casos de ptosis moderada- severa no es una buena indicación ya que seguirá sobrando mucha piel en el polo inferior de la mama). En mi experiencia creo que un paciente puede estar mucho más descontento si tras someterse a esta intervención, su pecho se sigue viendo caído, flácido, con poca forma, más que por tener una cicatriz más, si con esta ha conseguido el resultado esperado)
Este tipo de intervención se realiza con anestesia general, siempre en quirófano.
Se han de extremar las precauciones de asepsia y antisepsia ya que en esta intervención habitualmente se implantan prótesis, que al fin y al cabo son un material extraño, en el cuerpo de las pacientes. La intervención tiene una duración aproximada de 3 horas, dependiendo de la complejidad de cada caso, y la paciente generalmente queda ingresada hasta el día siguiente. En ocasiones es necesario la utilización de drenajes (dispositivos que almacenan suero y exudados procedentes de la herida quirúrgica), aunque se intenta evitar siempre que es posible.
Se ha de llevar sujetador deportivo durante las primeras semanas tras la intervención, incluso para dormir. Se han de evitar esfuerzos con los brazos las dos primeras semanas y se han de tomar los analgésicos que el paciente necesite durante el postoperatorio. Por otro lado, se da una pauta corta de antibiótico tras la cirugía.
Los puntos se comienzan a retirar en 7 días, y se retiran completamente entre 10-14 días tras la intervención.
En las revisiones tras la intervención se le irán dando las pautas de manejo que tendrá que seguir, como por ejemplo tratamientos especiales para la cicatriz, uso de banda mamaria si fuera necesaria, etc.
Una vez la paciente retoma su vida normal no es necesario seguir ningún cuidado o recomendación especial salvo llevar sujetador deportivo cuando haga deporte. Por otro lado, las prótesis no interfieren en el programa de screening de cáncer de mama, se pueden hacer mamografías y ecografías en portadoras de prótesis y los hallazgos no se ven enmascarados.
Por último, cuando la paciente recupere su práctica deportiva, ha de hacer deporte llevando siempre sujetador deportivo.
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