El minilifting facial es una cirugía estética de rejuvenecimiento facial, que resulta mucho menos agresiva que el lifting tradicional, con resultados duraderos y permanentes. Además es un tratamiento muy sencillo y rápido, cuya cirugía dura aproximadamente 2 horas.
A medida que envejecemos existen una serie de cambios que se producen a nivel de los tejidos faciales: la piel se hace más laxa y fina, aparecen arrugas de expresión, se pierde la firmeza en el tejido conjuntivo, y la grasa de los compartimentos faciales disminuye o incluso desaparece; y otras veces cae y da aspecto de cansancio, flacidez, ´”mala cara”.
Por otro lado, con la edad el llamado “triángulo de la belleza” se invierte. Cuando somos jóvenes, las referencias anatómicas que determinan este polígono son los dos malares y el mentón, de tal manera que el triángulo tiene la base en la parte superior y el vértice hacia abajo. Con la edad, el triángulo se invierte debido a que los tejidos caen e incluso la grasa localizada en prominencias como los pómulos, va cayendo y desaparecen los puntos de referencia de nuestro triángulo inicial. Es cuando las nuevas referencias anatómicas para el triángulo son la punta nasal y los “jawls” o exceso de piel y grasa a nivel mandibular.
Es un tratamiento innovador que consiste en rejuvenecer el aspecto del rostro y del cuello, eliminando los signos de la edad como la flacidez, el exceso de grasa o las arrugas. Es una cirugía menos agresiva que el lifting tradicional.
A través de incisiones mínimas, camufladas dentro del cuero cabelludo y pliegues cutáneos cercanos al pabellón auricular, se diseca en primer lugar la piel correspondiente al tercio medio e inferior de la cara (es decir,
las zonas que van desde la zona zigomática y malar- a la altura de los pómulos, hasta la zona inmediatamente inferior a la mandíbula).
A continuación, se realiza una plicatura del SMAS, que es la fascia de tejido conjuntivo que actúa como sostén de los tejidos faciales. El objetivo de esta plicatura es retensar los tejidos, en especial hacer desaparecer los “jawls” o acumulaciones de tejido a nivel mandibular. Una vez retensamos los tejidos, se observa una redefinición del arco mandibular, eliminando el exceso de tejido y la flacidez, volviendo a ser el mentón la zona de referencia y máxima prominencia, típico de rostros más jóvenes.
Por otro lado, también tensa los tejidos del tercio medio, con lo que se consigue una piel más tersa y firme, así como disminuir arrugas y surcos, en especial el surco nasogeniano.
Por último, a menudo el minilifting se combina con injertos de tejido adiposo. Como ya hemos comentado, la edad lleva asociada una disminución del volumen de grasa facial, es por ello que muchas veces es recomendable complementar el procedimiento con injertos de tejido adiposo en la zona de las ojeras, pómulos, mentón, surco nasogeniano, etc.
El proceso quirúrgico es extremadamente delicado. Se realiza a través de pequeñas incisiones localizadas en pliegues cutáneos de la zona anterior y posterior del pabellón auricular, y en el cuero cabelludo. Tanto los pliegues cutáneos como el pelo del cuero cabelludo disimulan fácilmente la cicatriz quirúrgica. A través de las incisiones tenemos acceso a las estructuras más profundas de sujeción facial (SMAS), que se tensan según las necesidades, y se extirpa piel en mayor o menor medida según el exceso que exista.
Este procedimiento en general se realiza con anestesia local y sedación, y no se precisa de anestesia general. La duración de la intervención ronda las 2 horas, dependiendo del caso concreto, y no es necesario el ingreso en el hospital. De esta manera el procedimiento es muy llevadero, indoloro, y los pacientes pueden volver a casa en un intervalo corto de tiempo tras la operación (1-2 horas)
En el lifting tradicional se disecan los tejidos de la cara de modo más amplio, y se diseca el SMAS en un área mayor. Esto conlleva postoperatorios más duros y con mayor hinchazón e incomodidad para el paciente, ya que la intervención es más agresiva y genera más reacción inflamatoria. Consecuentemente, la recuperación es más larga y necesitamos alguna semana más de reposo para retomar nuestras actividades, frente a la recuperación rápida del minilifting.
Como cualquier intervención quirúrgica, siempre hay un riesgo teórico de sangrado, lo cual se previene con una depurada técnica quirúrgica que cuide la hemostasia.
El mini lifting facial es muy recomendable en personas entre 34-50 años de edad, ya que el objetivo principal es devolverle la frescura y tersura al rostro. Los resultados son duraderos y permanentes. El proceso de recuperación es muy rápido y podrás volver a la rutina en la misma semana de la intervención.
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