RECONSTRUCCIÓN MAMARIA TRAS CÁNCER DE MAMA

El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en las mujeres. Se estima que 1/8 mujeres padecerá cáncer a lo largo de su vida. 

Gracias al diagnóstico precoz, el cáncer de mama es una enfermedad curable hoy en día. En estadíos iniciales, la cirugía y los tratamientos complementarios consiguen curaciones de la enfermedad, sin recaídas a lo largo de los años.

 

Una vez la paciente está libre de enfermedad tras aplicar combinaciones de los distintos tratamientos (cirugía, quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, etc.) llega el momento de reconstruir la mama (siempre que la paciente quiera). 

La reconstrucción mamaria supone para la mujer recuperar su feminidad, su confianza, sentirse viva y libre de enfermedad, sin estigmas ni marcas; muchas veces le permite vestirse de nuevo sin tener que ponerse almohadillas dentro del sujetador… y los resultados, gracias al avance de la cirugía son impresionantes. Hay diferentes técnicas que se usan solas o en combinación con otras, y cuyos resultados hacen que la reconstrucción mamaria sea un proceso muy deseado por las mujeres. 

Procedimientos

  • Lipofilling o injerto de grasa mamario. Se utiliza en tumorectomías o para mejorar pequeños defectos, consiste en rellenar con tejido adiposo zonas con disminución de volumen, retracciones, hundimientos, huecos, etc.  La grasa también mejora mucho las lesiones por radioterapia que presentan muchas mamas después del tratamiento.

 

  • Implante de expansor y prótesis. La reconstrucción con prótesis muchas veces tiene dos estadíos: en el inicial, la mama a la que se ha realizado una mastectomía se ha quedado con escasa piel y tejido como para aguantar una prótesis. Por ello se introduce un expansor (una bolsa de agua vacía), y se va hinchando con suero progresivamente a lo largo de varias semanas y meses, consiguiendo que la piel se estire y se consoliden bien las cicatrices. En un segundo tiempo, con la piel ya expandida y bien vascularizada, se cambia el expansor por una prótesis definitiva.

 

  • Reconstrucción con colgajos pediculados (lattissimus dorsi). En ocasiones, la resección por la mastectomía y el empleo de radioterapia deterioran mucho la piel y se contraindica realizar una reconstrucción protésica ordinaria. En estos casos es necesario reconstruir la mama con tejido sano, por ejemplo con el colgajo lattissimus dorsi, y colocar un expansor debajo. El lattissimus dorsi  aportará tejido en buenas condiciones listo para expandirse con garantías.  

 

  • Reconstrucción con colgajos microquirúrgicos (DIEP)- es el gold standard en reconstrucción mamaria tras mastectomía. Se realiza con el tejido graso y cutáneo del abdomen de la paciente, se diseca junto una arteria y una vena (las epigástricas profundas), que se han de transferir a la mama, conectando ese “colgajo” a una arteria y una vena próximas a la mama (las mamarias). Este tipo de reconstrucción respecta funcionalmente todos los músculos del abdomen, sólo se retira grasa y piel; también evita el uso de prótesis mamaria porque suelen ser colgajos voluminosos. Se trata de una intervención compleja y requiere habilidades de microcirugía. 

 

En conclusión, el proceso reconstructivo de cada mujer es diferente. Existen diferentes tipos de resecciones oncológicas, diferentes tipos de mama y múltiples opciones para reconstruirlas. El proceso de reconstrucción ha de ser establecido y acordado con cada paciente según los consejos del profesional y las preferencias de los pacientes.

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