TATUAJE HIPERREALISTA AREOLA Y PEZÓN

Se trata de la aplicación de técnicas de tatuador profesional en la reconstrucción de un pecho tras una masectomía.

Normalmente, cuando la mastectomía ha afectado al conjunto del pezón y la areola, se aplican diversas técnicas para recuperar su presencia. El pezón suele recrearse empleando pequeños colgajos de piel plegados sobre sí mismos; y para la areola tenemos desde el autotransplante de piel a la dermoabrasión. Sin embargo, a veces estas técnicas no ofrecen la mejor solución. Por ejemplo, la proyección del pezón puede ser difícil de mantener en pacientes cuyo tejido es muy fino o que ha quedado muy blando tras una radioterapia. Puede darse el caso de que a la paciente le disguste la idea de que sus pechos muestren unos pezones en constante proyección. Y algunas mujeres, simplemente, no quieren volver a pasar por quirófano después de su anterior experiencia. En ocasiones se pigmenta la areola, pero si esta pigmentación se realiza por personal no cualificado y especializado en este tipo de procedimientos, los resultados dejan bastante que desear.

Las expectativas más altas se alcanzan por medio del método del tatuaje hiperrealista, procedimiento que además es la solución más segura (no precisa una nueva intervención con sus posibles complicaciones). Y es una solución con un alto grado de satisfacción, según algunos estudios (más del 90% de las pacientes están satisfechas o muy satisfechas con el resultado).

En los comienzos de esta técnica, eran los propios cirujanos, quienes utilizaban una tinta de tatuaje clara para la areola y otra más oscura para el pezón. La técnica de tatuaje empleada solía ser bastante básica y limitada, y es que no existía mucha comunicación entre la comunidad médica y la de los tatuadores profesionales, cuyos conocimientos son muy aplicables en este aspecto de la reconstrucción mamaria. Algunos tatuadores han sido pioneros en aplicar su talento en este campo.

Desde un enfoque puramente técnico, un tatuador profesional experto juega con factores como el tipo de aguja, la velocidad de la máquina de tatuar, y los tipos de pigmentos, así como capacidades artísticas, empleo de los colores y representaciones “hiperrealistas”. Cuando se trata de otro tipo de profesionales no especializados, al tatuar el pezón y areola, emplean velocidades de inyección que duplican las que emplearía un tatuador. Al hacerlo sobre piel muy fina o en un estado delicado, se alarga la recuperación, pueden producirse cicatrices, el pigmento no se retiene tan bien como debiera, y a menudo obliga a realizar más de una sesión de tatuaje. Además, suelen utilizar pigmentos con base de aceites vegetales o de sales metálicas, con una paleta de colores limitada y problemas de durabilidad, con degeneración del color a tonos metálicos; mientras que los pigmentos tradicionales de un tatuador tienen una gama de colores mucho más amplia. Un tatuador puede emplear una rueda de color para comparar con el de la piel y así escoger con precisión los que va a utilizar, este es el denominado como proceso de medición de “colorimetría”.

Pero lo más interesante es el aspecto artístico: los tatuajes realizados por no especialistas suelen ser bastante sencillos: básicamente, áreas de colores planos, sin contraste, sin definir estructuras como pezón, tubérculos de Montgomery, etc.

Es aquí cuando se perfecciona mucho la técnica, de la mano de tatuadores profesionales, pioneros en aplicar su arte en el área reconstructiva, que van más allá y logran un «acabado 3D» en sus tatuajes, simulando las zonas de luz y sombra que el pezón y la areola producirían si estuvieran presentes. En lugar de hacer un círculo de tinta oscura para «pintar» el pezón, cosa que, en realidad, estropea la ilusión de proyección, lo que hacen explicado de una manera muy simplificada es crear un círculo de tinta más clara pero con un borde oscuro. Este borde es un poco más grueso por abajo, creando un efecto de sombra. Esto lo podría hacer un médico con su equipamiento normal para tatuaje, pero un tatuador experto puede ir más allá y, por ejemplo, reproducir las glándulas de Montgomery, que son esos pequeños bultitos que que hay en la areola, rodeando al pezón, así como crear sombras en la parte de debajo del pezón. El objetivo es conseguir que todo el complejo areola- pezón parezca lo más realista posible.

Estos tatuajes «3D» pueden emplearse tanto para simular por completo un conjunto areola-pezón como para realzar o retocar el resultado de una reconstrucción mamaria. Por ejemplo, si tras la reconstrucción los pezones no han quedado parejos, se puede tatuar algo de sombra adicional en el que presenta menos proyección. Del mismo modo se puede crear un nuevo complejo – areola pezón copiando el de la otra mama (en casos de cirugía de una sola mama), o bien reconstruir ambos en casos de afectación bilateral.

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